ESCUELA DE INTERCESIÓN
JESÚS MEDIADOR

La oración de intercesión es un modo de oración en el que acogemos las necesidades de los hermanos, las hacemos nuestras y las presentamos al Señor, y a la vez, acogemos desde la fe una respuesta del Señor para entregarla humildemente al hermano que nos pide orar por él.

La intercesión es una misión que el Señor confía a todos los bautizados, ya que por el bautismo participamos del sacerdocio de Jesús para convertir nuestra vida y la de nuestros hermanos en una ofrenda para Dios. Así nos lo recuerda la Palabra de Dios:

Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual” (Rom 12, 1).

orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder. Elías era un hombre de igual condición que nosotros; oró insistentemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. (St 5, 1618)

Hay muchos modos de ejercer la oración de intercesión:

La intercesión general la practicamos en la celebración de la Eucaristía, en el momento de la oración de los fieles, cuando presentamos al Señor diversas intenciones y oramos todos juntos por ellas.

La intercesión particular, es la que realizan los padres de familia cuando oran por sus hijos, o los esposos cuando oran el uno por el otro. O cuando presentamos al Señor las necesidades de un amigo, vecino o compañero del trabajo. Todos estamos llamados a ejercerla.

Hay un modo concreto de intercesión particular, que llamamos Ministerio de intercesión personal. Requiere una preparación espiritual esmerada y un discernimiento previo sobre laidoneidad del intercesor. Se trata de formar parte de un ministerio abierto a toda la comunidad de hermanos realizando un servicio de ayuda espiritual más amplio y estable para ofrecer una palabra desde la fe a todo hermano que solicite este servicio.

El intercesor en este caso, se pondrá al servicio de los hermanos para orar por ellos, presentar sus necesidades a Dios y pedir una palabra de consuelo y de consejo para entregarla en devolución. No es una receta mágica ni un ritual de adivinanza. Tampoco es dirección espiritual pues el intercesor no tiene como misión decirle al intercedido lo que tiene que hacer sino solamente darle una palabra de fe abierta a la interpretación del hermano intercedido.

Es un diálogo en el ámbito de la fe, que debe estar abierto a la escucha del Señor tanto por parte del intercesor como del intercedido. Esta intercesión se ejerce siempre en equipo. Habitualmente habrá al menos dos intercesores a disposición para cada hermano que pida esta oración.

En la escuela de intercesión, preparamos a los asistentes, en un proceso de al menos dos años, ofreciéndoles formación teológica y espiritual para desempeñar dignamente este servicio tan importante y realizamos un discernimiento sobre la idoneidad de los asistentes para integrarse en el ministerio de intercesión personal.

En la oración de El Abrazo de Dios, que habitualmente realizamos los primeros jueves de mes, ponemos a disposición de los asistentes a numerosos equipos de intercesores.

HORARIOS

4º jueves de mes, de 20:00 a 21:00.